lunes, febrero 18, 2008

Desde la BCN, por Pablo Ramirez Torrejón

Hoy estamos con el cuento del terrorismo energético o crisis energética. Nos han querido hacer creer que el sistema capitalista estaba íntimamente relacionado con el crecimiento económico, pero no es así, el principal responsable de esta bonanza económica ha sido la explotación a corto plazo de recursos naturales como los combustibles fósiles, que habían tardado cientos de millones de años en formarse. Ahora, a principios del siglo XXI, estamos en los albores del cenit del petróleo, es decir en el momento en que la producción del oro negro ya no puede seguir creciendo. y empieza una curva descendente. Después de unos años de este acontecimiento, lo seguirá el descenso de la producción de gas que, más difícil de transportar, ya escasea en EEUU. El petróleo es responsable, entre otros, del 90 % del combustible del transporte, y del desarrollo de la agricultura industrial que ha causado el espectacular boom demográfico del siglo XX.

La humanidad no ha encontrado fuentes de energía que puedan sustituir los combustibles fósiles. Las renovables son del todo insuficientes para permitir el crecimiento como hasta ahora, la nuclear es una amenaza a la vida y además no es la solución milagrosa que el lobby nuclear pretende, además de ser muy cara y dependiente de un uranio, también escaso. El hidrógeno no es ninguna solución, puesto que no es una fuente de energía. Y también este crecimiento insostenible ha convertido en no renovables, recursos necesarios para la vida que a priori lo eran, como los alimentos, el agua y los bosques, agravando todavía más el peligro que se aproxima a la humanidad. Por no hablar del cambio climático, más lento pero más letal.

¿Qué podemos hacer?

Es necesario promover la conciencia social y el debate público, para romper el velo que esconde la información sobre la realidad que se nos acerca y para construir una nueva manera de vivir, un nuevo sistema socioeconómico, que incorpore valores y prácticas que nos permitan superar la crisis del sistema actual. Tras haber llegado a esta situación del todo insostenible, ahora hemos de organizar un decrecimiento selectivo, un proceso dónde decrezca el consumo de energía en los países desarrollados mientras que se permite que los países instalados en la pobreza energética puedan aumentar su consumo para conseguir una calidad de vida digna, un proceso dónde decrezcan sobre todo, el beneficio privado y las rentas de los poderosos.

Para promover todo esto, hará falta promover iniciativas de comunicación, sensibilización, y acción para construir un movimiento social fuerte, que provoque debate social y que sea capaz de controlar la acción de las empresas transnacionales y presionar los políticos para que tomen medidas que sean realmente adecuadas a la situación que vivimos o...que se vayan. Parar ir coordinando pasitos, con esta idea en el horizonte.

Cinco años después de la publicación del artículo “Un cuento de terrorismo energético”, Pedro Prieto, vicepresidente de AEREN y coeditor de esta página, nos presenta lo que podría ser considerado como una continuación o actualización del mismo: “Opciones económicas y energéticas de futuro (u otro cuento de terror-ismo energético)” (fichero PDF, 1,7MB).

La completa publicación está en los registros blogs de la Biblioteca Nacional del Congreso chileno. fijate por el título.

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